Si tan sólo fuera posible quemar las calorías del pastelillo que comimos más temprano, mientras nos echamos una siesta en el sofá. ¿Suena demasiado bueno para ser verdad? Pues resulta que podría no estar muy lejos de la realidad.
De acuerdo con un reciente estudio, el truco estaría en bajar el termostato (la temperatura) de la habitación en la cual vamos a dormir.
Durante el mencionado estudio, 31 personas con buen estado de salud, durmieron o en una habitación atemperada a 24°C o en una a 19°C.
Los investigadores encontraron que aquellos que durmieron más “frescos” quemaron 7% más de calorías que los otros. Al parecer, porque sus cuerpos comenzaron a trabajar para elevar la temperatura corporal a estables 37°C.
El autor del estudio (MD, MHSc Francesco Saverio Celi) concluye que al bajar el termostato a 19°C, uno puede quemar un promedio de 100 calorías extra durante 24 horas de sueño.
Puede que no suene mucho pero, al hacer la suma final, verás la diferencia.
Por ahora, los investigadores no saben si luego el cuerpo busca compensar la pérdida de calorías de alguna otra forma, como por ejemplo, haciéndonos despertar con más hambre o con menos ganas de ejercitar.
El autor lo ve poco probable.
Así que, si estás en la lucha por perder kilos, no cuesta nada hacer el intento. ¿Verdad?