Ahora que ya sabemos distinguir la mejor dieta basados en qué tan saludable es, resulta necesario aprender como encontrar la dieta perfecta que se ajuste a nuestro estilo de vida. Más aún, evaluar los principios del plan para estar seguros de que combinen con nuestras costumbres alimenticias y actividad diaria.
También es importante escoger un plan dietético que no nos deje hambrientos, por lo que resultarán mejores aquellos régimenes que promuevan el consumo de alimentos con gran cantidad de líquido, ricos en fibra; como sopas, frutas y vegetales. Comidas que nos llenarán y reducirán los antojos, ayundando a mantener la dieta, sin la pesada sensación de privación.
A continuación les dejamos algunos pendientes para encontrar la dieta perfecta:
1. ¿La dieta concuerda con mi estilo de alimentación?
Si el plan nos anima a ingerir seis comidas diarias y nuestro estilo de vida, con la justas nos permite dos, existen grandes posibilidades de que no nos mantengamos a dieta (sin importar lo sana que sea). Lo mejor, será buscar un régimen que concuerde con la forma en que nos alimentamos.
Sería bueno preguntarnos:
- ¿Puede ésta dieta acomodarse a mi estilo de vida y alimentación?
- ¿Tiene cierto nivel de flexibilidad para que todos en la familia se pueda ajustar a ella?
- ¿Requerirá de preparación especial y tediosa?
- ¿Podré mantener (cumplir) la distribución recomendada de comidas/snacks?
2. ¿Concuerda con mi nivel de actividad física (ejercicios)?
Algunos planes recomiendan grandes cantidades de ejercicios, otros, la simple actividad física (mantenernos en movimiento). Si somo personas sedentarias, pueden sonarnos bien aquellos planes que incluyan horas en el gimnasio, pero realmente no será para siempre.
Lo mejor es seleccionar un programa que tenga un componente de actividad básico (fácil de seguir) y que vaya incrementando de a pocos. Encontrar aquel plan que incentive la actividad física de nuestra preferencia y posibilidad, sea bailar, la jardinería, las caminatas o tan simple como limpiar la casa.
Pues recuerden, el ejercicio no requiere ser estructurado o contar con equipos especiales y membresías; tan sólo necesita convertirse en algo que incremente nuestra actividad física diaria.
3. ¿Podría convertirlo en un plan permanente?
Cuando consideremos iniciar cualquier tipo de dieta, lo mejor es preguntarnos: ¿Es ésto algo que estoy dispuesto a hacer todos los días, tal vez para siempre? (Desde luego con algunos cambios, al momento de entrar a un plan de mantenimiento). Si la respuesta es un no definitivo, lo mejor será pasar esa dieta por alto, pues jamás podremos cumplirla a largo plazo y volveremos a nuestros "malos hábitos" inmediatamente después de abandonarla.
4. ¿La dieta incluye alimentos que puedo preparar y costear?
¿Existen muchos alimentos o bebidas (tanto en tipo como en proporción) que son algo irreales de seguir a largo plazo? Es cierto, algunos planes requieren cambios en alimentos y bebidas, que aunque son buenos y funcionan para muchos, resultan tediosos para otros.
Aquellos planes que requieran alimentos fuera de lo común u horas de trabajo en la cocina, pueden resultar para quienes tienen bastante tiempo libre o dinero, más no todos. Lo mejor, será buscar uno que contenga recetas de rápida preparación y ahorradas de tiempo y dinero.
5. ¿Qué tan rápido perderemos peso?
Medio kilo de grasa es igual a 3,500 calorías, por lo que necesitaríamos quemar muchísimas de éstas últimas, para reducir grasa. Y como lo hemos dicho varias veces, la pérdida apresurada de peso es mayormente más líquido que grasa (simplemente, nos deshidratamos).
Si bien queremos perder peso lo más rápido posible, los expertos concuerdan en que una reducción lenta y sostenida es la que al final, ganará la carrera. Una pérdida saludable y efectiva no debe prometer más del medio kilo o el kilo por semana y la mejor forma de alcanzar la meta es ayudando a través del ejercicio, quemando 500 calorías por día.
Continuará...