En la actualidad, la obesidad infantil es considerada como una epidemia a nivel mundial, responsable de graves problemas físicos y psicológicos en nuestros niños, además de crearles un mayor riesgo de contraer enfermedades.
Y pese a que el tratamiento a este serio problema representa una prioridad en materia de salud pública, es muy poco lo que se puede hacer sin la ayuda y compromiso de los padres.
Como primer y mayor paso para tratar la obesidad infantil, vale decir que, si la ingesta de energía es menor que su gasto, el metabolismo de un niño tiende a perder peso con mayor facilidad. Por el contrario, si la relación de es inversa, se notará un aumento de peso. Desde luego, es difícil incrementar el gasto energético en un niño sedentario, más será importante encontrar algún tipo de actividad de bajo impacto con la que su pequeño se encuentre cómodo y posteriormente ir aumentando el esfuerzo.
Más recuerde que muchas veces, el rechazo a varias de las actividades recreativas de un niño, se debe al aislamiento social que su propio sobrepeso ha creado. Así que no será mala idea proponer pequeñas caminatas en familia o sacar al cachorro a pasear, en fin, cualquier estímulo que le surta efectos en cada caso particular.
Por supuesto, la dieta debe cambiar de modo radical, pues en estos días en que existe abundancia de alimentos atrayentes y altamente energéticos, la tentación es mucha. Si la familia suele comer fuera, reduzca un poco las ocasiones y ya dentro de casa enseñe a sus hijos que no es tanto dejar de comer, sino disminuir las raciones. ¡Moderación!
Recuerde que a un pequeño, no se le puede someter a una dieta tan estricta sin esperar que la rompa a nuestras espaldas, por lo que bajo la técnica de moderación, podrá obtener mejores resultados.
Sin embargo, algo que a muchos padres se les escapa de la mente es prestar atención a lo que el pequeño come fuera del hogar. Efectivamente, nos referimos a la escuela, lugar en el que pasa alrededor de 7 horas diarias y en donde tiene acceso a un incontable número de malas calorías. Lo mejor será indagar sobre su rutina “alimenticia” durante esas horas, qué come en el refrigerio y qué compra antes de entrar o salir del colegio, para poder tomar las medidas correctas.
Enviar un comentario nuevo