Un estudio reciente descubrió que en la actualidad, el ser humano consume casi el doble de calorías bebibles que hace 50 años. Asi que resulta cierto, las bebidas y la obesidad se llevan muy bien a corto y largo plazo.
Según los resultados de la investigación, en 1965, el 12% de la ingesta de calorías era a través de las bebidas, cifra que para el año 2002 se incrementó a 21%. Mismo año en que la ingesta calórica del 30% de la población, fue abarcada en una cuarta parte (o más) por bebidas. ¡Enormes proporciones!
Pero no sólo se habla de gaseosas (sodas), pues aunque representan 100 calorías más en nuestra dieta diaria, de lo que eran en 1965; también debemos incluir a las bebidas alcohólicas, los jugos de fruta, los jugos pre frabricados, etc.
Más la pregunta: ¿Cuál es el gran problema en las bebidas? Simple, que las calorías líquidas no nos llenan igual que las sólidas y por ende, consumimos mucho más de ellas.
Mayor problema aún, cuando empezamos a sustituir algunas comidas con bebidas, afectando seriamente nuestra escala de calorías por día. Créanlo o no, el más pequeño cambio en el consumo de bebidas, puede tener gran efecto en el aumento de peso a largo plazo y llevarnos rumbo a la obesidad.
Sobretodo en estos días, que cualquier establecimiento nos ofrece tazas o vasos "súper gigantes", por ejemplo: una tamaño "premium" de chocolate caliente (400 calorías extra), del cual empezamos a beber con ansiedad, sin recordar que los líquidos estan destinados a satisfacer la sed, no el hambre. Por lo que, no importa cuanto bebamos, eso no afectará la cantidad de alimento que vayamos a ingerir en el transcurso del día.
Y por si fuera poco, ahora existen bebidas energizantes o de "fruta" (con altos contenidos de azúcar) o cómo ya lo mencionamos "vasos del tamaño de nuestras cabezas"; a tal punto que si nos ofrecieran un envase de gaseosa de los años 60, seguro diríamos: "Ok, tomaré cinco de esos".
¡Increíble! Pero claro, la solución siempre esta en hacer un balance entre la cantidad de calorías ingeridas y la cantidad de calorías eliminadas a través de la actividad física. Así que, no todo esta perdido, mientras hagamos un justo equilibrio y volquemos la mirada en bebidas más saludables. ¿Recuerdan el éxito al beber agua?
No estaría de más retomar aquellas buenas costumbres ahora. ¿Cierto?
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