Frente a la interminable lucha contra el sobrepeso, los nutricionistas nos traen estos 5 cambios sencillos para el éxito. Verán que rápido llegamos a nuestras metas y casi sin esforzarnos.
- Evitar los jugos:
- Evitar el aceite:
- Eliminar la mayonesa:
- Aumentar la fibra:
- Olvidar las frituras:
Aunque estos son más nutritivos que las gaseosas (sodas), contienen casi la misma cantidad de calorías. Así que, a menos que el propósito sea aumentar de peso, lo mejor será comer una fruta en vez de beberla. Dicho sea de paso, nos llenará más y con solo eliminar un vaso de jugo de nuestra dieta diaria, estaremos ahorrando 150 calorías.
A pesas que el aceite de oliva sea mejor opción que la mayonesa o los aderezos cremosos para ensalada, contienen casi la misma cantidad de calorías. Por lo que, en vez de sólo añadir 1/4 de taza (4cucharadas) de aceite de oliva a nuestros vegetales, que tal mezclar 2 cucharadas del mismo con 1/4 de taza de vinagre balsámico, sal y pimienta a gusto. Esas dos cucharadas que eliminamos, nos ahorrarán 240 calorías.
Sólo hace falta decir que por cada cucharada de mayonesa que eliminemos de nuestra ingesta diaria, estaremos ahorrando 110 calorías. ¡Y ni hablar de las grasas!
Hagamos un esfuerzo por comer una mayor cantidad de vegetales y que éstos se encuentren crudos o "al dente" en pro de una dieta más saludable. Sobretodo porque siempre contaremos con ellos en tiempos de hambre extrema, pues sus bajos niveles calóricos nos permitirán raciones más grandes. Por ejemplo, una taza de alverjas contiene menos de 40 calorías y es una enorme fuente de fibra y agua.
Y que tal un snack de zanahoria cruda, apio, rábanos, champiñones, espinacas y brócoli (tal vez ligeramente cocidos al vapor) y sazonados con un toque de limón o salsa de tomate cero en grasa y calorías. El ahorro será tal, que ni siquiera deberá levantar un dedo para recuperar el paso.
La diferencia entre una pechuga de pollo frita y una sancochada (hervida) es tal que se hace obvio el consejo. Con decirles, que una pechuga frita con la famosa "receta original" de KFC nos trae 370 calorías, mientras que un sandwich completo con una pechuga a la parrilla (clásico con tomate y lechuga) contiene sólo 270 calorías, que podrían llegar a las 250 calorías dependiendo de si se cocinó con piel o no.
Así que, a olvidar las frituras y empezar a ahorrar 120 calorías al escoger opciones más saludables y a su vez deliciosas.
Créanlo o no, el total de calorías ahorrado con estos 5 cambios sencillos llega a las 620 calorías y sin privaciones excesivas o esfuerzos absolutos. ¿O no?
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